Tengo mucha suerte. Es lo que siempre he creído en mi vida, soy una persona afortunada. Normalmente, sin preocuparme mucho por nada en concreto, la vida me ha ido bien, las cosas me han salido de perlas y lo mejor es que siempre he sabido apreciarlo.
Soy de las que creen que las cosas pasan por algo y me gusta dejarme llevar por lo que se me presenta e intentar averiguar por qué ocurre.
Tengo una familia maravillosa, he podido estudiar lo que he querido, tengo personas muy buenas a mi alrededor, encontré un hombre con quien aprender a vivir, con quien aprender a amar y al que quiero muchísimo. Aún tengo trabajo en estos tiempos, que es algo de agradecer también.
Es verdad que a veces me da miedo, porque llego a pensar que si todo me va tan bien, es porque algo malo acecha en la esquina...es un pensamiento muy negativo, lo sé, pero a veces lo siento así. Luego me digo que es una tontería y se me pasa. Confío en que nunca sea así!
Para que se entienda al momento que he llegado hoy, tengo que resumir un poco mi historia: a los 22 años sufrí una trombosis venosa en la vena femoral (mi pastilla anticonceptiva y uno de mis genes no eran compatibles), no pasó a mayores, únicamente no puedo tomar la mayoría de medicamentos por prevención. A los 24 años me casé con mi amor, con el que llevaba 6 años. Hasta ahora ha sido el día más feliz de mi vida. Desde que nos casamos, no hemos utilizado protección porque no era una tragedia para nosotros que me quedara embarazada, pero tampoco era lo que teníamos planeado. Desde la boda hemos hecho un viaje por año, ya que viajar es uno de los placeres que compartimos.
Hasta aquí todo bien, yo iba por la vida tranquila, sin pensar más que en disfrutarla. Eso sí, sabía que para tener hijos iba a tenerlo un poco más complicado teniendo en cuenta que mi primera regla me vino a los 17 y porque me recetaron progevera, que sino... Y teniendo Síndrome de Ovarios Poliquísticos (que más adelante explicaré detenidamente lo que es), y teniendo mi antecedente de trombosis, pues ... Sabía que, aunque (dicho por mi ginecóloga) no tenía por qué tener problemas, pero sería necesaria un poco de ayuda.
Estas cosas se suelen dejar cuando eres joven, porque "un hijo te para la vida" "un hijo cuesta dinero" "hoy en día hay que disfrutar la vida y después ya vendrán las responsabilidades", así que, aunque mi marido quiso un hijo desde que nos casamos, yo le dije: vamos a esperar un par de años... Total, como no utilizábamos protección! La sorpresa podía llegar cuando menos lo esperáramos. A los dos años me dí cuenta de que ovulaba unas siete veces o así al año, y que eso era bajar un poco las probabilidades que tiene una mujer normal, así que: visita al gine!
Aunque yo no estaba ansiosa por quedarme, de todas formas quería ir viendo en qué consistía esa ayuda de la que me habló hace unos años. Me recetó Diamben, Ovusitol y AAS. Todo para mejorar la calidad de los óvulos, y prevenir cualquier problema en relación a la trombosis. Más adelante explicaré algo del Diambem, para que me entendáis mejor. El tratamiento sería para unos seis meses y luego debía volver para probar otras cosas.
A día de hoy llevo 8 meses tomando el tratamiento, porque empecé en enero, pero desde enero hasta julio sólo ovulé una vez, así que he querido darme un poco de tiempo para ver si el tratamiento empezaba a hacer efecto en julio, que se cumplían los seis meses. Así es! O al menos eso creo yo: me ha venido la regla en julio y en agosto y ahora estoy esperando a ver qué pasa.
Desde agosto hemos estado buscando más cabezotas que nunca! Porque antes era: si tiene que ser será! Pero ahora tengo el reloj biológico revolucionado! No sé cómo ha pasado y sé que hay personas que dirán: "eres joven, no te preocupes...." y otras personas que están pasando por verdaderos calvarios para conseguirlo, pero sólo sé que yo quiero ser mamá. Ya lo tengo clarísimo, y haré todo lo que pueda por conseguirlo.
Hace poco me cayó encima una gran realidad y es que es tan complicado acertar! Y si le sumas que no sabes cuándo se dignará tu cuerpo a fabricar óvulos! En fín, esto es más complicado de lo que creí.
En esta etapa, no quiero dejarme llevar por la suerte, quiero buscar y buscar ese encuentro mágico
entre el cachito de mi marido y el cachito de mí... Ojalá sea pronto porque este mundo de la infertilidad en el que me adentro me resulta enorme, lleno de dudas, me asusta un poco...y eso que sólo me encuentro a las puertas.