Dar el pecho para mí ha sido una odisea. Me ha costado mucho: dudas, presión, dolor, ... Pero ahora que llevamos 11 meses de lactancia debo reconocer que es lo mejor que he podido hacer.
En este tema, respeto mucho a las mamás que deciden no dar el pecho así que mi intención no es hacer apología de ello, ni mucho menos. Sólo quiero contar mi experiencia y si puede ser de ayuda para alguna mamá, pues me alegro.
Mi situación hizo que todos a mi alrededor me presionaran bastante (queriendo o sin querer) en cuanto a la alimentación del bebé. Ya suelen darte mil consejos que te confunden con un bebé normal, así que imaginaos con un bebé al que le urge coger peso.
Al principio me costó que el bebé lo cogiera: no pasé la primera noche con él, estuvo un día con vómitos, otro con suero, no tenía mucha fuerza para agarrarse, no me sacaba bien la leche... Cuando llegamos a casa, me intenté relajar en la medida que pude para conseguirlo. Llegamos con pecho y un bibi de 30 ml de mi leche en cada toma, pero el segundo día, el bebé echó leche después del bibi y le quité el biberón. Me empeñé en que tomara solo pecho. Ha sido una lucha porque todos te preguntan si es suficiente, si se alimenta bien... En mi caso, cada vez que íbamos a pesarlo era para mí como un examen! Mi propio marido dudaba a veces de si era lo correcto dar sólo pecho así que tuve que convencerlos a todos. Yo siempre confié en que saldría bien y creo que eso es lo único que hace falta para conseguirlo.
Los peores momentos han sido las 3 mastitis que he pasado. En la tercera la gente me decía que lo dejara pero soy muy cabezona. En la primera no sabía que era una mastitis hasta que fui a urgencias y me lo confirmó el médico. La primera se me curó con antibióticos y pastillas para la fiebre y el dolor. Las siguientes me las curé yo...con masajes, sacaleches, pastillas antiinflamatorias, cambiando el bebé de postura y ganas de seguir con esto. La verdad es que he aguantado demasiado dolor por ignorancia sobre el tema. Yo pensaba que dar el pecho debía doler, así que soporté grietas, sangre, inflamaciones...pensando que era normal. Ahora me doy cuenta de que es una pena que no estuviera más preparada para dar el pecho y que no hubiera información a mi alrededor sobre la misma. Sobre todo porque las mastitis han sido un calvario para mí y tuve que aprender lo que sé leyendo, por mi cuenta.
Ahora que leí el libro de Carlos González sobre la lactancia me da rabia no haberlo hecho antes. Así que lo recomiendo a todas las mamás que quieran dar el pecho.
La parte bonita de todo esto es que mi bebé engordó perfectamente y me encanta darle el pecho. Es más, ahora pienso que dar un biberón es más engorroso, porque el pecho no se tiene que preparar, ni calentar, lo tienes a mano en cualquier sitio o situación...para nosotros ha sido mágico para calmar al bebé.
Al pasar los 6 meses y empezar la alimentación complementaria, mi bebé solito ha ido reduciendo las tomas poco a poco. Ha sido gradual, perfecto para los dos y agradezco haber podido hacerlo así porque siento que ha sido de forma natural y tal y como ha querido el peque. Ahora tiene once meses y sigue teniendo una toma que es sagrada para él y para mí, que es nada más despertarse. Me encanta seguir con esa única toma porque es la mejor manera de empezar mi día: con mi bebé tan cerquita de mí durante unos minutos al despertarnos.
No voy a enrollarme mucho más con este tema pero sí que intentaré comentar algunos detalles relacionados en futuras entradas, sobre todo y como siempre, para ayudar a otras chicas que puedan sentirse perdidas, tal y como llegué a sentirme yo en muchos momentos.
En conclusión: apoyo a las mamás que deciden dar el biberón porque cuesta mucho mantenerse firme y soportar los primeros días con el pecho, aunque por mi experiencia puedo asegurar que compensa y mucho!
Besos!!