Y tú, ¿No te animas?

Es la frase que te suelen decir, es lo que te suelen preguntar cuando en una conversación sale el tema de los niños y tú llevas un par de años casada, y ven que no estás empujando un carrito ni llevas a un peque de la mano. Eso o "¿No quieres niños? ¿No estáis buscando?"

Al principio la verdad es que no me molestaba, incluso me divertía la pregunta, por un momento pensaba en mi marido y yo e imaginaba cuándo decidiríamos buscar un bebé (a propósito, porque yo no he usado medios anticonceptivos desde hace mucho).

Ahora tampoco es que me moleste, pero sí que intento disimular mi cara de "si supieras que no hago más que pensar en ello..." 

De mi entorno, la verdad es que no lo sabe nadie, excepto dos amigas, "mis dedos de la mano". Me sirven de apoyo ya que una de ellas hace que me lo tome con tranquilidad; ella ve la maternidad como algo lejano, lo cual me relaja a mí un poco cuando le doy demasiadas vueltas. Y la otra me provoca ilusión y ansias por conseguirlo pronto, ya que a ella le encanta. Tengo una de cal y otra de arena.

A mi familia decidí no contárselo aún, más que nada, a mis padres para no añadirles una preocupación y algo más en lo que pensar.

Respecto a todos los demás, lo mantengo oculto para evitar precisamente el "seguimiento". Sé que hay días en que estaré de mejor humor y días en que no tendré ganas de hablar del tema y como hay personas a las que les falta tacto para esas cosas, pues prefiero seguir poniendo mi cara comodín ante las típicas preguntas que suelen hacer. 

Eso sí, no puedo evitar ver embarazadas por todos lados! Me quedo atenta a los anuncios de cosas para bebés, se me van los ojos detrás de los carritos...cosas en las que antes no me fijaba tanto! Y eso sí que tengo que controlarlo delante de la gente a la que le digo que no estoy buscando, o podrían empezar a pensar que soy rarita! No es muy creíble decir que no quieres niños y que se te caiga la baba cuando ves un carrito...

A veces cuesta trabajo, disimular, reprimir las ganas de buscar los consejos de mi madre...pero creo que es mejor así. No debe ser agradable que pasen los meses, y te pregunten: ¿Aún nada? Y tengas que decirles que no con la tristeza en tu corazón. 

Ya cuesta ver cómo la ilusión en la cara de la persona a la que amas y que te acompaña en esta aventura, se borra de repente cuando le dices que un test es negativo... Y tu intentas animarle, diciendo que empieza un nuevo ciclo y explicándole mil cosas nuevas que has leído o te han contado para ayudar a conseguirlo. Y como él es tu compañero en este camino, reacciona apoyándote y dándote la fuerza que necesitas para comenzar de nuevo. 

A mí me basta con eso, esa complicidad entre los dos, la ilusión que crece, los planes de futuro, porque siempre habrá uno de los dos que saque el lado positivo. Nunca habrá nadie que te comprenda como ese compañero cuando te pregunten: ¿Para cuándo los niños?