Aferrarse a algo

Hay personas que creen en Dios, otras en "algo que hay ahí, en alguna parte", otras en el destino, otras en el karma...

No me considero una persona religiosa. En mi infancia creía en Dios y en la virgen y hasta en Jesús, pero por cosas que nos van enseñando desde pequeños, tanto en el cole como a través de las creencias de la familia. Al ir creciendo y pensando por mí misma, fuí perdiendo esa fé en la Iglesia, aunque siempre se me quedó una cosita ahí con un lugar: Fátima.

Os cuento que mi madre tampoco es que sea religiosa practicante, pero siempre le ha tenido fé a esa Virgen. Quizás porque mis abuelos paternos, que son portugueses sí son muy religiosos y le contagiaron respecto a ese lugar en concreto. El caso es que cuando mi madre estaba embarazada de mí, recibió malas noticias en un momento del embarazo. Como siempre hacía, le prometía a la virgen algo sencillo: llevarle un ramo, una vela, ir a rezarle... y se pegaba el viaje hasta Portugal para hacerlo (ella entonces vivía en Francia, cerca de París). Y en el caso de su embarazo todo mejoró. En su vida, siempre ha sido creyente de esta virgen, y en los malos momentos, le viene bien recurrir a ella.

Pues bien, no sé si porque desde pequeña he ido yendo cada año (en cuanto entré en la facultad, ya se fueron espaciando esas visitas a Fátima), o por qué motivo, mi fé en la Iglesia se fue perdiendo pero siempre me quedó la cosita de la virgen de Fátima.

Perfectamente sé que no obra milagros, no me malinterpretéis. Lo que quería contaros es que aunque sé que la Virgen no hizo que las cosas mejoraran para mi madre, fue el hecho de creer en ella, lo que hizo que mi madre no perdiera la esperanza y pienso que aferrarse a algo en los malos momentos ayuda a superarlos y quizás a que todo vaya mejor.

Ese "algo" puede ser muy diferente para cada persona, tal y como decía al principio. En mi caso, quería contaros que, como llevo unos tres años sin visitar Fátima, mi madre me trajo en Agosto una pulserita de flores plateada, con una cruz pequeña cerca del cierre, que había mojado en agua de allí (agua bendita se supone...). Me la puse, porque además me encantó y aunque suene a tontería, en Octubre conseguí quedarme embarazada y no tiene nada que ver, claro está, pero para mí era como una pequeña protección de parte de mi madre. No sé cómo explicarlo. 

En noviembre la pulsera se rompió, aunque conseguí recoger todas las pequeñas piezas y sólo tenía que comprar una cadenita nueva y volver a montarla. Pasaron los días y no lo hice. El final del 2012 me trajo un bajoncito, como bien sabéis. Así que recordé la pulsera, la monté y me la puse. Y aunque sé que no es mágica, me ayudó a afrontar las cosas con más esperanza y confianza.

Con todo este rollo, sólo quiero decir que cuando a veces se te acaban todos los recursos para seguir adelante, la simple tontería de aferrarse a algo, lo que sea: una pulsera, un amuleto, un libro, un rezo, la meditación, ... cualquier cosa que te ayude a coger fuerzas para tirar del carro puede servir.

Cuando las nubes sean negras, aferrarse a algo puede hacerte ver cualquier rayito de sol que aparezca. Y estoy convencida de que eso ayuda a que la tormenta pase.